”Es tanto el peso de mi alma que ningún pensamiento puede transportarla, y no hay alas capaces de elevarla a lo inmaterial. Si se conmueve, parece acariciar el suelo con sus alas, como el vuelo bajo de los pájaros cuando presienten la tormenta. En mi pecho anida una opresión, un temor que adivina un terremoto”.

OLVIDADORES

No olvidadizos sino olvidadores

he aquí que también llegan
entre otras herrumbradas circunstancias
la degeneración / las taras del olvido
la falsa amnesia de los despiadados

es ilusión de estos olvidadores
que los otros las otras los otritos
no sigan recordando su vileza
pero son fantasías sin futuro ni magia

si la sangre de ayer alcanzó a macbeth
cómo no va a alcanzar a estos verdugos
de pacotilla y pesadilla

perdí la compasión en el casino
por eso les auguro y les propongo
insomnios con plañidos puteadas mutismos
cuerpos yertos desnudos nunca más seductores
ojos empecindamente abiertos con miradas capaces
de taladrar cerebros y corazón

no olvidadizos sino olvidadores

ocurre que el pasado es siempre una morada
pero no existe olvido capaz de demolerla

23 mar 2010

LA CULPA ES DE UNO

Quizá fue una hecatombe de esperanzas

un derrumbe de algún modo previsto

ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido



todas mis intuiciones se asomaron

para verme sufrir

y por cierto me vieron



hasta aquí había hecho y rehecho

mis trayectos contigo

hasta aquí había apostado

a inventar la verdad

pero vos encontraste la manera

una manera tierna

y a la vez implacable

de desahuciar mi amor



con un solo pronostico lo quitaste

de los suburbios de tu vida posible

lo envolviste en nostalgias

lo cargaste por cuadras y cuadras

y despacito

sin que el aire nocturno lo advirtiera

ahí nomás lo dejaste

a solas con su suerte

que no es mucha



creo que tenés razón

la culpa es de uno cuando no enamora

y no de los pretextos

ni del tiempo



hace mucho muchísimo

que yo no me enfrentaba

como anoche al espejo

y fue implacable como vos

mas no fue tierno



ahora estoy solo

francamente

solo



siempre cuesta un poquito

empezar a sentirse desgraciado



antes de regresar

a mis lóbregos cuarteles de invierno



con los ojos bien secos

por si acaso



miro como te vas adentrando en la niebla

y empiezo a recordarte.

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